Te mira directamente a los ojos. Y ya sabes lo que pasa con el tiburón: tiene unos ojos sin vida, muy negros, como los de una muñeca. Cuando se te acerca, no parece estar vivo… hasta que te muerde. Y entonces, esos ojos negros se vuelven blancos. Y entonces, ¡oh!, entonces es cuando oyes ese terrible grito agudo, y el […]
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